Capítulo 5: Arte del Segador
Los bandidos llevaron al grupo a su
guarida, donde los encerraron en celdas aisladas. Pasaron unos
minutos hasta que la líder se dirigió la celda de Nakaru. Era
robusta, de piel oscura y cabello rojo como el fuego. Vestía ropas
muy ligeras, insinuando unos enormes senos y la
marca de la tierra en su muslo izquierdo . A la espalda portaba un
Hacha de leñador, solo que ésta era extremadamente grande, aunque ella no
parecía hacer el menor esfuerzo para cargar con ella.
-¡Hola chaval! Verás, voy a ir al
grano. E visto que tu amigo tiene unas buenas heridas infectadas, así
que yo le curo y tu me pagas. Fácil y rápido, ¿no?
-¡No tengo con que pagarte! ¡Tan solo
cura a Mika y déjanos salir de aquí!
-Verás guapetón, las cosas no
funcionan así...¿Qué beneficio saco yo de todo esto?...Pero pensándolo
bien se me ocurre algo...¿Qué tal si me quedo con la niña?
-¡Ni hablar! A mi se me ocurre otra cosa...¿Qué tal si te enseño a ser más educada con tus invitados?
De pronto Nakaru, que había estado
concentrando energía, se lanzó hacia la la celda reventando la
puerta y haciendo que ésta golpeara a la mujer.
El chico salió corriendo en busca de
los demás, pero mientras corría pero la mujer le lanzó su gran Hacha, dándole el tiempo justo para agacharse
antes de que ésta le partiera en dos. Tras la Hacha corría la mujer, que estaba furiosa, pero era mas lenta que Nakaru. El joven miró hacia delante y se sorprendió al ver como la enorme arma
retrocedía y volvía por el mismo camino como si se tratase de un
bumerán, ésta vez tuvo que saltar por encima de ella para
esquivarla. La mujer agarró su arma y empezó a acelerar el paso. Nakaru llegó a una gran sala donde se encontraban algunos bandidos y
encima de una mesa su preciada arma, que no dudó en ir a buscar.
El primer bandido se abalanzó sobre
Nakaru y él lo golpeó en pleno vuelo. El segundo iba armado y
empezó a dar cortes con la espada a diestro y siniestro, dándole al
joven poco tiempo para esquivar, pero ayudándose de una pared logró treparla hasta dar una pirueta y aterrizar justo detrás del oponente. Sin
perder un segundo continuó corriendo hasta derrapar sobre la mesa y
coger su Kusarigama, ahora si estaba preparado para luchar.
Empezó por lanzar-le la punta de la
cadena del arma a uno de los bandidos que iban a por él mientras con
la cuchilla rajó al enemigo más cercano, después empezó a
hacer girar su cadena y a dar vueltas en un bello ataque que rajaba a
todo enemigo que se acercara, después la mujer apareció
gritando que se detuvieran todos, que ella misma se encargaría del
chico.
Nakaru y ella sonrieron y se prepararon
para la batalla. Ella se lanzó primero Hacha en mano y él lanzó su
cadena para intentar desarmarla, pero ni se inmutó, la fuerza que
poseía esa mujer era sobrehumana. Ella siguió atacando con su gran
Hacha y Nakaru esquivando casi todos sus ataques, que cuando impactaban en
el suelo y en las paredes provocaba temblores y grandes
levantamientos de piedras.
-¡Ya basta de juegos mocoso! ¡Nunca
he soportado a los críos y ésta es una de las razones!
La mujer levantó su mano concentrando
la energía del aire y sus músculos empezaron a endurecerse y a
crecer un poco mientras su marca brillaba intensamente. Nakaru
intentó prepararse para esquivar el golpe mientras la mujer corría
hacia él con el puño hacia atrás.
-¡Contempla el poder de la Tochi
Sekai! ¡¡¡HATOBUREKA!!! ( Rompecorazones )
El golpe impactó como un rayo en el
pecho de Nakaru, que cayó de rodillas y empezó a sangrar
abundantemente por la boca.
-No voy...a dejar...que te lleves...a
mi...familia... -Balbuceaba Nakaru mientras se agarraba el pecho.
-No mereces mi tiempo, eres solo un
dedil niñato con ganas de jugar con armas y hacerse el fuerte.
La mujer le dio la espalda y empezó a
reírse mientras se dirigía fuera de la gran habitación. Nakaru se
retorcía de dolor, pero logró ponerse en pié ante el asombro de
los demás bandidos, que esperaban las ordenes de su jefa.
-¡Te dije que curases a Mika!
¡¡¡VUELVE...AQUÍ!!! -Gritó el chico con expresión de extrema
rabia.
Entonces él gritó con frustración y
un halo de energía lo envolvió. La mujer se giró asombrada, pero
sin darle tiempo a reaccionar Nakaru le lanzó dando un salto hacia
ella. La mujer sólo podía prepararse para encajar el golpe que le vendría desde
arriba.
-¡¡¡SHINIGAMI GEIJUTSU!!! ( Arte del
Segador ) -Gritó Nakaru.
En un parpadeo el chico desapareció de
su posición y la mujer quedó confusa mirando a su alrededor. De pronto un sonido que venía justo de debajo suyo la
alarmó, era el chico, que con una expresión seria se lanzó al
ataque desde una nueva posición que dejaba vulnerable a la robusta
mujer.
-¡¡¡SHOJUN KIBA!!! ( Colmillo
Ascendente )
El combate terminó con un espectacular
ataque de salto que dio de pleno a la mujer, rajando su rostro de
abajo a arriba y haciendo que cayera de espaldas mientras gritaba de
dolor y se tapaba la cara.
Los bandidos, atemorizados por el poder
de Nakaru, fueron a socorrer a su jefa, que usando el poder curativo
de su Tochi Sekai hizo cicatrizar su herida, dejando una marca
imborrable en su ojo izquierdo.
-¡Eso ha dolido chaval! ¡Pero está
bien! ¡No quiero más problemas! Curaré a tu amigo y os
marcharéis...
Taka fue liberada y llevada a la gran
sala junto al resto, se preocupó al ver a su hermano tan magullado
y cansado. Entonces la bandida empezó el ritual para curar a Mikashi de muy mala
gana.
-Umi Sekai...Deja caer tu bendición
sobre éste hombre...Permite que cumpla mi finalidad... -Murmuraba la
mujer. -¡¡¡HAHANARUDAICHI!!! ( Madre
Tierra )
El cuerpo de Mikashi empezó a brillar
intensamente junto a la marca de la mujer y abrió los
ojos.
-¿Eh? ¿Donde estoy?...¿Y EL JIGOKU?
-¡Tranquilo mozo! ¡Ahora estás
bien!...¡Y ahora marchaos, que ya me habéis provocado demasiados
dolores de cabeza!
-¡Gracias señora! -Gritó Nakaru en señal de respeto.
-¡Chaval!...Entrena duro...¡Tienes
espíritu, no lo pierdas! -Dijo la mujer con una ligera sonrisa.
Y la bandida se retiró junto con el
resto de sus camaradas. Nakaru explicó al resto lo sucedido aunque
Mikashi seguía desorientado. Tras unos minutos reincorporándose los
tres salieron de la fortaleza. Cuando se alejaban de ella Nakaru se
giró y vio en una de las torres a la mujer agarrando su Hacha.
-¡Chico! ¡La próxima vez que nos
veamos quiero la revancha! ¡Recuerda...! ¡MI NOMBRE ES SHIFU! ¡¡¡RARARARARARAI!!! -Gritó la mujer alzando su Hacha.
CONTINUARÁ
<< CAPÍTULO ANTERIOR |
ÍNDICE | CAPÍTULO SIGUIENTE >> |
No hay comentarios:
Publicar un comentario